La playa de arena en agosto

nadamas

Hoy estaba en la playa de arena en agosto.

Allí donde creí que no estaría.

Acabo de hablarte con los ojos cerrados, y era más fácil que esto.

Decir sin hablar. Ya no me atrevo.

Me abruma venir a entrar a descubrirme.

No conozco muchas personas como tú. No conozco ninguna.

Como yo y más que yo está lleno. Hay tanta gente que no sabe. Que no da. Que pide. Que se engaña y humilla y se reprime. Y también hay luz. Y no hay porqués para todo.

No los hay.

Mi nivel de conciencia a veces me arrastra por el suelo. Me invade de repente una niña cabreada, herida, caprichosa. De ésas que dan saltitos y lloran y lloran.

Pero no se sale con la suya. Porque no hay suya.

Estaba en la playa de arena en agosto y éramos muchos. Tantos que parecía que estábamos todos juntos, dándonos la espalda.

Era el mundo en la playa de arena en agosto.

Y volví quince años atrás y nos vi, me vi viéndote.

Eras como darle las gracias a Dios por encontrar. Por saber que era posible.

De árbol mi estaca

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Todo lo que hago es buscarme alrededor.
Y no encuentro a nadie en ninguna parte.
Cuándo será suficiente estar.

El mundo gime en manos de vampiros.

Y no quería pelearme, pero ya tallo de árbol mi estaca.
Se olvidaron de mí porque no hice ruido.
Pero sé que vendrán.
Aquí hay dos niñas, y laten tantos deseos.
Aquí la pausa cesará.
Aquí nos hemos ganado el aire, el cielo y la profundidad del mar.
No sé para qué.
Pero que no me chupen la sangre; yo también sé matar.
Soy tierra roja. Aquí y allí es mi sitio. Y me estoy sacando de adentro los venenos. Aunque me duele, me regenero.
Nunca quise ser una ciudad llena de humo. Pero fui. Y ahora vuelvo.
Tuve que ser esto, y no ser aquello.
Me gusta la gente que ama, y la que es espejo.
Tengo que perder el control.
Tengo que soltar.
Saltar de la prisión al océano.
Me dan mucha rabia todos esos vampiros que mienten. Los que nos meten miedo y nos salvan después.
Basta.
Que no me salven.
Que se mueran de sed.

Arte

FUEGO

Harta que estoy de mí,
harta de hartarme persiguiendo un brillo que en mi mano se queda en nada,
y en el no fondo, no es más que la superficie de un cristal.
Arte persigo,
arte que en mis entrañas se deshace en sangre,
harto de gestarse en profundidades sin nombre,
harto de llenarme de lo que no tiene palabra,
de lo que no se puede hablar.
Vacío que nutre el arte,
grito para darle sentido a lo que no hay.
Confundida largo tiempo, larga mente, entre los pelos de los demás.
Es, soy una extraña, eres un túnel, estoy tratando, éste es mi arte.
Espejo de la contradicción constante.
Y ésa es mi luz,
deja que mañana aborrezca tu reflejo
mientras anhele estrujarlo y comérmelo de un bostezo.
Sin desearte,
sin lamerte ya.
Deja que me harte, una vez más.

Mamífera de mar

buceadora

Cómo decir
tiempo que no pasa y que se arrastra y que me lleva de los pelos
isla que dejó puertas abiertas para respirar
en una gran ciudad yo pierdo el rumbo de lo que me conviene

yo no soy el espejo de mis capacidades
soy una trampa caprichosa
y echo de menos el mar
echo de menos dos cuerpos que se engullen en cualquier rincón
en acuosas profundidades
en los pliegues del amor que nunca se atreven a nombrar
echo de menos lo inevitable de una mirada absoluta
echo de menos no tener tiempo para pensar en idioteces
echo de menos vivir y odio planear qué viviré


resulta inevitable contarse historias en esta habitación
resulta inevitable que esta loca se quiera enamorar
y que no te encuentre
resulta inevitable que te ruegue que me busques
y que encuentres lo que tú solito te negaste
y ya sé que no me buscarás
y deseo que te pierdas en los reveses del tiempo
y que deje de esperarte


dormida suelto los pasos aquí en las calles
me duelen a ratos los pies y me revuelve el hastío
y no tengo nada de qué quejarme
ya no huelo a sal
ya no me busco la vida
ya no me abruma que otros me amen
y que yo no sepa amar
ya sueño a todas horas con la piel que me acelera
con la sonrisa transparente
ya sé que estoy a punto de regresar
y que este paréntesis es sólo una prueba a superar
fácil si quiero
pero no quiero


vuelvo a ser la niña complicada
que juega a ponérselo difícil
y a irse en el último barco
para renacer en la otra orilla
y volver a ser de golpe
una mamífera de mar.

La piedra

rueda

Tengo una piedra clavada en la garganta.

Quiero lo que tengo. Soy quien no sabe que sabe lo que es. Sé lo que no soy.

Tengo que dejar de arder para escurrirme.

No soy la que está sufriendo porque no sirven las palabras.

Porque no me da la gana y no quiero vivir en drama.

Asirme al silencio sin mentirle. Me estoy buscando callada las no ganas de gritar.

Porque gritar tampoco sirve, desaprendo a decir lo que no se escucha.

No quiero hacer más ruido para nada.

Porque el ruido me tapa como nieve, y el frío me irrita, me hiela, me congela.

El alma.

Estoy dando una voltereta.

Parece que voy a quebrarme el cuello.

Ojalá el golpe deje en tu mano de un salto la piedra de mi garganta.

El desafío

secreto

Secreto, Las lejías de Senda

 

El desafío. Mi crueldad.

No pienso. Pasa.

No lloro. Río.

No encadeno las miradas,

ni las algas de mis aguas.

No siento fresco el vacío

que emana por las grietas tan frías

de las paredes malditas.

Reboto en los silencios tan frondosos

de esta habitación.

Basta de decir que no.

Un segundo. Ya estoy de vuelta.

De vuelta de tanto,

atenta ante todo.

Perdida, muy suelta.

Dime y dame.

No quiero quedarme atascada en el tiempo.

Contemplar luciérnagas de incertidumbre desde la puerta.

Ya estoy al otro lado.

Danzando en dulces mentiras,

sin codicia ni temor.

La danza del hambre,

la danza del viento.

Y rozar los colores en desiertos de espejos,

mi libertad por caminos de piedra.

Tan lejos ya,

no me siento una extraña.

Aunque a veces necesito que me entiendan.

Sólo a veces.

El viento raso deshoja las flores

en un jardín de notas musicales.

Las luces se transforman

en chispas de sensualidad.

Los cerebros son corazones:

puedo leerlos a todos,

les pertenezco.

El beso de la muerte.

O de la suerte.

El despertar.

Me recorro

sol

Hombre. Hambre. Decisiones rodando sobre la mesa. Voluntades. Mi sino. Mil fases. ¿Dudas? Yo no quiero quedarme sin ti. Calor. Corazón. Que clama. Que brama. Amor. Formas. Camino. Distancias. Mi cuerpo no miente. Tus ojos sin mí. Me tumban. Oscura. Te retiras. Te echo de menos. Piel que se acartona. Me araño. Me entraño. Nos desentraño. Me refreno, me disculpo, me anticipo, me destripo. Hacia afuera el invierno que con arte natural desacelera mis esfuerzos. Busco, y encuentro, y no miro más allá. Miento otra vez. Qué más doy. Mi camino se adhiere a ti, y se bifurca hacia nosotros. Fuego a mano. No sé de qué estoy hablando. Fallaré para mejorar. Con la luna reflejada en los ojos. Hundirme en tu cuello y brotar. Verde. Tierna. Fresca. Recorrerme y encontrarte. Azul. Eléctrico. Rebrotar. Tierna. Verde. Eléctrica y azul. Roja y planetaria.

Tierra.

Libre.

 

Oh, varios

cabecerablogdesnudo

Calor a hilos,

mañana de ojos rojos

que se teje

sin señales.

Ganas de ti,

pierdo de yo,

de tú,

de mí.

Sin remedio.

Acariciar los dedos

con las cuerdas

desacordes

de dos cuerpos

que en silencio

hablan música,

tejiéndose

en íntimo lenguaje

(y a la vez universal)

Venerada especie destructiva.

Mi piel de cuero,

alambre

de papel

de fumar.

Sin

amor

las

letras

se

resecan

todavía

más.

Cómo

ser

carne

lejos

de

la

carne.

Matar al bicho

mataralbicho2

Tengo que matar al bicho.

Porque tengo un bicho dentro que me mata. Se come mi paciencia, me agarrota las manos y la espalda, y me abre los ojos muy raro y muy grandes, para asomarse desde adentro. Y si le dejo, escupe mierda por mi boca.

Tengo que matar al bicho porque no estoy sola. Y el bicho quiere que esté sola. Que no dé. Que no ame. Me quiere para él, para él y sola. Crece cuando duermo mal y no me da tiempo a encontrar el camino de vuelta de los sueños. Acecha cuando el día es largo sin un rato para desconectar. Mamá, mamá, mamá, mamá, mamááá, por dos bocas pequeñas que no entienden que mamá necesita un momento no ser mamá. Dos niñas que viven sólo en el instante.

Mi bicho es feo. Y es mío. Ellas lo han visto. Y me da vergüenza. No quiero quejarme más, no quiero enfadarme más, no quiero sentir asco de lo que siento. De dónde nace la ira. No lo sé. Quizás me estoy perdiendo un viaje porque me da miedo. No sé llegar. Y tengo que llegar. Porque tengo que matar al bicho. Antes de que sea demasiado tarde.

Un texto sin comas

midibujo

Bailan las ilusiones convertidas en la fibra que cose lo que no ocurre a lo que en realidad es y le da vida a las ideas y a la verdad y a todo lo que queda por venir tras mis deseos y mis acciones como aliados y a la vez como enemigos ocultos en la pérdida de convicciones cuando ya se espera menos de nadie aunque en el fondo de lo que emerge me encuentre con las certezas que dan los pasos hacia mi realidad soñada que se construye a través de los anhelos de un alma buena que necesita compartir para creer y besar para no estar tan sola y abrazar para no estremecerse ante la mediocridad y la estupidez pegajosa que lo gobierna todo y para amarrarse más fuerte y no disfrutar del vacío no saturarse de él ni de todo lo que se corrompe cada vez que la fealdad asciende un nuevo escalón y nos recuerda que todos estamos enfermos y que ya casi nadie quiere escapar de la global miseria del espíritu y de los sentimientos mientras aún siento la posibilidad de la sobrehumana comprensión que nos delata entre tanta mierda y aquí recuerdo viejas palabras la poesía es lo que a nosotros «los raritos» nos salva la vida el amor es poliédrico muchas caras una sola esencia no seremos conscientes del final en una vida que da tanto que no sabe de promesas y siempre aquél que va perdiendo en sus ojos lo que quiere a quién le importa que seamos vampiros qué voy a perder por no ser un poco mas generosa y fiel esclava de mis sentires hay en mí mucha tierra y muy pocas raíces y llega la crisis de mi fe por ti pero quiero que tú me la devuelvas y ya nada volverá a ser igual aunque no deje de acercarme a quien en realidad soy éste es un texto sin comas un agujero negro un ejercicio de complacencia gris ante el aburrimiento y la extraña falta de cosas que decir y a quién dedicárselo si no es al amigo que desconozco pero que intuyo o me invento y que sé que algún día llegará y qué más da si me equivoco y nunca llega todo lo que se va se va y punto algo cambiará en nuestro mundo si tú me llevas si yo te llevo a ti